Honor, monumentos y el peso de seguir siendo.

Esta es una foto que tomé hace ya varios años, en San José en el mercado central. Dónde se podía encontrar esta mujer de avanzada edad vendiendo lotería y chances. Lo ha hecho por mucho, mucho tiempo. Ha envejecido en el lugar. Su figura en esa puerta del mercado es tan presente que la Municipalidad de San José decidió hacerle un homenaje retratándola en la puerta que tantos días, meses y años le ha visto ofrecer fortuna y esperanzas a miles de compradores que buscan mejorar su fortuna.

La imagen de cierta manera me incómoda pues me hace pensar que aunque el gesto de retratar a alguien tan frecuente e indentificable en la ciudad es entendible como una muestra de honor y gratitud. También ver a una mujer de tan avanzada edad aún trabajando me hace pensar quizás aparte del gesto hay otras maneras de demostrar cariño, responsabilidad y gratitud… Como pudiera ser buscando evitar que deba permanecer en esa puerta largas horas a la merced del sol, la lluvia y el humo de los carros.

También otra parte de mi al ver esta fotografía piensa en Tántalo, condenado a no poder beber del agua ni comer de la manzana.

Para qué trabajar tantos si no logramos conseguir con ello la recompensa y el descanso y cuándo al final la vida nos lleve, nuestro retrato y nuestro recuerdo seguirá de alguna manera encadenado a la misma puerta que vio pasar buena parte de nuestros días.

Ella es vendedora de lotería, las personas la buscan para cambiar su fortuna. Y la fortuna de ella es y será ser recordada por la misma puerta que tantos años la vio atada a su silla y mesa de lotería.

Suscribase a nuestro boletín mensual

Un boletín por mes con ofertas y descuentos de nuestros patrocinadores.

Otros Articulos