Costa Rica y Centroamérica obtuvieron su independencia de España el 15 de septiembre de 1821. Aunque Costa Rica no tuvo que luchar para lograr la nuestra. Solíamos tener un sentimiento muy patriótico en torno a la fecha.
Y más que celebrar glorias pasadas. Nos hemos centrado en celebrar nuestra identidad y los éxitos actuales y hablar de lo importante que es preservarlos.
En 2015 Costa Rica rompió su tradición bipartidista sostenida durante más de 60 años. Aunque había un nuevo partido en el poder, la sensación era la misma, como si nada hubiera cambiado.
Lamentablemente desde entonces, el país experimentó la deuda más alta de la historia reciente.
En las elecciones siguientes. El PAC (Partido Acción Ciudadana) volvió a ganar. Esta vez no precisamente como resultado de la elección popular de la gente sino más bien de un profundo rechazo al otro candidato, un fundamentalista cristiano.
Desde los dos últimos gobiernos. El espíritu de la gente y su confianza en el futuro cercano ha caído a niveles preocupantemente bajos.
Además de eso. Las restricciones durante la pandemia hizo imposible que Costa Rica celebre sus 200 años de independencia en 2021.
El patriotismo y el nacionalismo cívico son extremadamente importantes para una nación. Especialmente cuando las redes sociales se utilizan como armas para influir en la juventud y el público en general. En formas, ni siquiera se dan cuenta.
Es difícil saber si el fervor del 15 de septiembre y la historia de Costa Rica se reavivarán con este nuevo gobierno. Sobre todo porque la situación económica sigue siendo digamos no ideal… Y el contexto geopolítico todavía no es bueno, por decir lo menos…
Realmente deseo que esas celebraciones y los espíritus de pertenencia puedan volver pronto. Y no de una manera ultranacionalista. Pero uno se enfoca en el deber, el amor y el cuidado por la tierra, su gente y nuestra identidad.