La academia costarricense vuelve a demostrar su papel fundamental en la conservación activa del patrimonio natural del país. La Universidad Nacional (UNA), a través de sus centros de investigación, reportó en octubre avances significativos en dos proyectos cruciales para la salud de los ecosistemas costeros: la restauración de manglares y la protección de tortugas marinas.
Estos esfuerzos, que combinan ciencia rigurosa con acción directa, son vitales para proteger especies vulnerables y hábitats que están en primera línea de defensa contra el cambio climático.
Frente 1: «Sembrando el futuro en el manglar»
Los manglares son ecosistemas vitales: actúan como barreras naturales contra tormentas, son criaderos esenciales para especies marinas comerciales y capturan enormes cantidades de carbono. Consciente de esto, la UNA impulsa el proyecto «Sembrando el futuro en el manglar».
El objetivo de esta iniciativa va más allá de simplemente plantar árboles de mangle. El proyecto se enfoca en la restauración ecológica, estudiando las condiciones del suelo y del agua para asegurar que las nuevas siembras prosperen. Además, trabaja de la mano con las comunidades locales, capacitándolas para que se conviertan en custodios del manglar, asegurando su protección a largo plazo y generando conciencia sobre el inmenso valor de estos humedales.
Frente 2: Protección de Tortugas en Punta Leona
En paralelo, el Sistema de Información y Monitoreo Biológico (SIUA) de la UNA continúa su invaluable labor en el Refugio de Vida Silvestre Punta Leona. Esta zona es un sitio crítico para la anidación de la tortuga lora (Lepidochelys olivacea).
El trabajo del SIUA es intensivo y multifacético:
- Monitoreo y Patrullaje: Equipos de biólogos y voluntarios patrullan las playas durante la temporada de anidación para proteger a las hembras mientras desovan.
- Viveros Seguros: Trasladan los nidos a viveros controlados, protegiéndolos de depredadores naturales (mapaches, pizotes) y de la caza furtiva.
- Recolección de Datos: Cada nido y cada tortuga son registrados. Esta recopilación de datos a largo plazo es fundamental para entender las tendencias poblacionales de la especie y evaluar el éxito de las estrategias de conservación.
La Ciencia al Servicio de la Naturaleza
Los reportes de la UNA subrayan la importancia de la investigación científica aplicada. No se trata solo de estudiar la naturaleza, sino de intervenir activamente para protegerla.
Tanto el proyecto de manglares como el de tortugas marinas demuestran que las universidades son un motor clave para la conservación en Costa Rica, generando el conocimiento necesario y liderando las acciones en el terreno para asegurar que los ecosistemas más vulnerables del país tengan un futuro.






