Un biólogo marino de origen mexicano fue atacado por un tiburón de aproximadamente cuatro metros mientras realizaba labores de investigación en las aguas de Isla del Coco, Costa Rica. El hecho ocurrió el fin de semana y requirió un complejo operativo de rescate que se extendió por más de 36 horas, desde el área protegida hasta el Hospital México en San José, donde actualmente el científico recibe atención especializada.

De acuerdo con los primeros reportes, el ataque se produjo en condiciones que aún se investigan. El investigador fue asistido de inmediato por sus compañeros y por el personal de guardaparques de la isla. Posteriormente fue trasladado en barco hasta Puntarenas y, desde allí, en ambulancia hasta la capital. En el trayecto recibió cuidados médicos constantes y ya en el hospital fue intervenido quirúrgicamente. Su estado se mantiene estable, bajo observación.

El biólogo se encontraba en Isla del Coco como parte de una expedición científica dedicada al estudio de la biodiversidad marina en esta zona declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO. Su labor, como la de muchos investigadores que llegan hasta esta remota isla, tenía el objetivo de ampliar el conocimiento sobre los ecosistemas y contribuir a la conservación de una de las áreas más valiosas del planeta.

El incidente ha puesto de relieve tanto el valor como los riesgos de la investigación en entornos naturales extremos. La distancia de Isla del Coco respecto al continente, las condiciones del mar y la presencia de depredadores grandes como tiburones convierten cualquier operación científica en un desafío logístico y de seguridad. La emergencia también ha resaltado la importancia de contar con protocolos y recursos adecuados para garantizar la integridad de quienes trabajan en la protección de la biodiversidad.

Instituciones costarricenses y ciudadanos han expresado su solidaridad con el científico y su familia, así como su reconocimiento al esfuerzo de bomberos, guardacostas y personal médico que participaron en el rescate. El caso abre además un espacio de reflexión sobre el papel de Costa Rica en brindar apoyo y condiciones seguras a los investigadores que, nacionales e internacionales, contribuyen con su trabajo al conocimiento y preservación de los recursos naturales.

Por ahora, la atención se centra en la recuperación del biólogo y en el seguimiento de su evolución médica. El suceso recuerda la valentía y el compromiso de quienes dedican su vida a la ciencia y, al mismo tiempo, invita a reflexionar sobre la necesidad de reforzar la seguridad y el acompañamiento a quienes arriesgan todo en nombre de la conservación.