En medio de un mar de discursos y compromisos, la intervención de Costa Rica durante la Cumbre de los Océanos 2025 en Niza dejó una huella clara: los países pequeños también pueden liderar grandes causas. Reconocido mundialmente por su modelo ambiental, el país centroamericano fue protagonista activo en esta cita histórica.

Durante su intervención, la delegación costarricense destacó que más del 30 % del territorio marino de Costa Rica está protegido, una meta que muchos países aún persiguen. Además, reafirmó su compromiso con el desarrollo de una economía azul, enfocada en la pesca sostenible, el turismo responsable y la protección de los ecosistemas marinos.

Costa Rica también expresó su apoyo firme al Tratado de Alta Mar (BBNJ), al cual ya se ha adherido, e instó a otras naciones a seguir su ejemplo para garantizar la conservación de la biodiversidad en aguas internacionales.

La participación del país incluyó mesas de trabajo sobre restauración de corales, monitoreo de la contaminación por plásticos y estrategias de financiamiento para la conservación marina. “Actuar ahora no es una opción, es una obligación moral con las futuras generaciones”, expresó la vocera costarricense.

La Cumbre de Niza confirmó lo que muchos ya sabían: Costa Rica es más que un destino turístico, es un faro de liderazgo ambiental en el escenario global.